Dicen que todo coach que se precie debe ser comprensivo y no tener juicio.

Esto puede que sea cierto, es más, hay mucho de cierto.

Pero aquí hay claridad y eficacia. No es un sitio donde hay una oferta por ser tú ni porque tenga muchas ganas de ayudarte ni una promesa para que consigas todos tus sueños.

Tú y yo somos desconocidos, y te hablaré con respeto. Con el mismo respeto que si nos conociéramos y fuéramos amigos o, al menos, nos cayéramos bien.

Si te fijas, es posible que encuentres algunas faltas de ortografía, y debes saber que esto no me preocupa. Quiero decir, si a ti te preocupa, a mí no me preocupa. Y si a ti no te preocupa, pues igual.

En esta carta hay una historia de cuando fui a comprar jamón del bueno con mi padre, cuando mi madre se estaba muriendo de cáncer y no teníamos donde caernos muertos que, si la entiendes, al margen de que busques un coach o no lo busques, es casi seguro que te ayuda a crecer.

Pero, antes, debo ponerte en situación.

Mira…

Hay dos tipos de coaches, los que son muy buenos y los demás. Los coaches muy buenos son capaces de ayudarte a que te des cuenta de que todo depende de ti, de una manera nítida. Sólo te compensa trabajar con alguno de los primeros. No tengo ni la menor idea de si sabrías distinguirlos, pero es muy fácil si te pongo este ejemplo…

Un coach 2.0 azucarado de fórmula sacado de algún parque de bolas y que piense que hacer coaching es como tomar cañas con un colega, diría:

 

«Si quieres puedes, porque te mereces todo lo que puedes soñar».

Un coach de verdad diría:

«Todo lo que has conseguido en tu vida te lo has tenido que currar, desde ponerte de pie hasta dónde estás ahora, y siempre ha habido alguien que te ha ayudado. Con trabajo, con una cierta cantidad de dolor y con ayuda profesional puedes pasar a la siguiente fase. Te advierto que va a doler, pero si de verdad estás comprometido, lo puedes hacer ».

En fin, muy «agresivo» para la gente que tiene muchos valores de colores. Ya me entiendes.

La gente, normalmente, cuando quiere contratar un coach, cuando le da vueltas a la idea de que quiere conseguir algo, cambiar cosas, pero pocas, que sean los otros los que cambien. Entonces mira vídeos aburridos que no sirven de nada con…

  • Las quince claves para conseguir la vida que deseas. (Quizá esa sea una de las tonterías más grandes que puedes aprender de coaching, las claves son solo ideas, y nada tiene sentido sin tomar consciencia, aprender cosas nuevas e implementarlas, pero muchos «expertos» son definitivamente pastillas humanas contra el insomnio.)
  • Las doce fórmulas más persuasivas y coloridas.
  • Esto NO es para ti si tu madre te abandonó en una gasolinera y no estás dispuesto a salir de tu zona de confort.

Pues muy bien.

En este punto de la lectura ya me deberías estar entendiendo.

Quiero decir, que si no sabes de lo que te hablo y has aterrizado por casualidad, no deberías contratar a ningún coach, a mí tampoco. De momento, no te lo aconsejo. Aunque lógicamente puedes hacer con esa información lo que quieras.

Pero si realmente quieres resolver eso que te duele o alcanzar eso que parece inalcanzable, una cosa que es muy importante saber, es que la gente no consigue las cosas solo «pensando», sino «sintiendo» y «haciendo» en el mundo real.

Esto es un concepto.

Y esto es clave para que vendas con tu web. C-L-A-V-E.

No hay duda al respecto.

El «sentimiento» es lo que cambia el estado de ánimo.

No es lo que piensas, ni lo que aprendes, ni lo que te imaginas… Es lo que haces. Cómo lo haces, y lo que perseveras.

A ver, es mucho más importante hacer que pensar.

Y antes de que te indignes y quieras acampar en la puerta de mi casa, hay una cosa que no admite discusión:

  • Si eres un profesional competente, piensas y no eres capaz de hacer, estás jodido.
  • Si eres un profesional competente piensas y eres capaz de hacer, consigues cosas. Todo en orden.
  • Si no eres un profesional competente no piensas y no eres capaz de hacer, prepara unas oposiciones.
  • Si no eres un profesional competente piensas poco y eres capaz de hacer poco, tienes pocos resultados, o ninguno.

Pero hacer es imprescindible.

Pensar y hacer es lo adecuado, pero podrías vivir muy bien pensando poco.

Sin hacer, lo dudo mucho.

Y como no sé lo que pides tú para trabajar con alguien te voy a decir lo que pido yo.

Pido dos cosas.

No una cosa.

La primera cosa es que me gusta la gente que tiene cojones. Esto vale para los miembros y para las «miembras». Te lo digo por si hay algún lobotomizado de guardia.

No trabajo con gente que no cree en lo que quiere ni sabe que va a doler conseguir lo que quiere, ni con los que lloriquean por la esquinas porque «es muy difícil» o no sale a la primera.

Es difícil y no va a salir a la primera.

Es así. Y vivimos en el mundo de los adultos. Esto no es la guardería.

O sea, tienes que tener cojones. Y una cabeza propia, y no en alquiler.

La segunda cosa es que entiendas esta breve historia, la que te contaba al principio de cuando fue a por pata negra sin un duro y con mi madre enferma de cáncer…

Con veintitrés años trabajaba dieciocho horas al día en dos curros diferentes, de lunes a domingo. No voy a ir de sufridor, el mundo ha pasado por cosas peores. Yo sólo era uno más que odiaba su trabajo.

Bien.

Lo que tenía que hacer era muy simple, debía aguantar a un jefe que no paraba de dar por saco en el primer curro y que subrayaba cada error que yo cometía, y cometía bastantes, y traducir, traducir y traducir sobre todos los temas que me llegaban a mis manos, supiera de ellos o no.

 

Así dieciocho horas diarias.

Entre un curro y otro volvía a casa en metro, que la traducción era en casa, y de vez en cuando nos cortaban la luz porque no la podíamos pagar.

Yo no podía entender que nos cortaran la luz, porque si no podía trabajar como iba a conseguir pagar la luz. Así que cuando nos la cortaban, bajaba al sitio de los fusibles y volvía a colocar el fusible.

No sé cómo será ahora, pero antes “cortar” la luz era sacar el fusible y ponerlo encima de la caja.

El caso es que un día fuimos al supermercado, mi madre quería jamón, se estaba muriendo ya y hacíamos todo lo que podíamos para que se diera los caprichos que se quisiera dar.

Así que estaba allí de pie, con mi padre, viendo que el jamón que quería mamá costaba el equivalente a 600 euros de ahora.

Allí estábamos mi padre y yo mirando el precio del jamón sabiendo. Bueno, mi padre mirando el precio del jamón, angustiado, sabiendo que no teníamos 600 euros ni para vivir dos meses y sin poder llevar a su mujer el antojo que tenía antes de morirse.

Yo, mirándole a él sin entender que era lo que pasaba.

Vi como mi padre hacia un gesto con la cara, un gesto que quería decir muchas cosas. Un gesto de dolor físico. Y me dijo:

“Vámonos. No podemos comprar el jamón”

Yo no entendía nada.

“¿Por qué?”, le pregunté

Me miró como si yo fuera idiota.

“No tenemos 600 euros”, me dijo

“Pero, papá… no tenemos que comprar un kilo”, le dije, pensando que se hacía mayor, que era él el que no entendía nada.

Mi padre sonrió. No se le había ni ocurrido. Iba con esa mentalidad de que no teníamos dinero (que es verdad que teníamos poco) y con esa angustia por no poder dar a su mujer lo que le pedía cuando se nos iba.

No es que se hiciera mayor o que no entendiera, o que yo fuera más listo. El que él tenía más emociones, estaba saturado y no era capaz de ver más soluciones.

Solo era capaz de confirmar lo que ya sabía, que no teníamos tanto dinero.

Iba en modo de solo pensar, se sentía abrumado y no era capaz de hacer.

Y yo me columpié y le hice sentir mal con la obviedad del dinero. Eso me dolió, porque el que no lo entendía era yo.

 

Vale.

Es muy importante entender esta historia para poder crecer.

Hay que aprender una lección mía y una lección de mi padre.

La lección que aprendí yo es que hay que ser mucho más empático. Salir de nuestra cabeza y entrar en la de los demás. Si en vez de preocuparme porque se hacía mayor hubiera entendido lo que le estaba pasando podría haberle evitado el mal rato, y el mal rato que pasé yo. Podría haber evitado los dos malos ratos.

No salir de tu cabeza es estúpido. Eso mata el crecimiento.

Con lo que sabes no puedes resolver los problemas nuevos. Primero tienes que aprender y luego que tomar acción.

¿Y qué lección podemos aprender de mi padre?

Pues algo que tengo que reconocer que hizo muy bien. Fue a ver cómo lo podía hacer. Sin ganas, sin tener ni idea, sabiendo que no podía. Bajó al supermercado y fue a ver cómo podía conseguir darle ese gusto a su mujer que se estaba muriendo.

Y lo consiguió. Subimos con jamón, poquito, pero con jamón, así que lo consiguió.

Porque, convencido de que no iba a poder, fue a ver cómo sí que podía. Y pudo. Con ayuda, pero pudo.

En su caso ni siquiera verbalizó su petición de ayuda, porque es una situación de familia y allí estábamos todos a lo que teníamos que estar.

Tu y yo no somos familia

 

Por tanto, es importante que sepas…

… que, si vamos a trabajar juntos, voy a estar ahí para ayudarte, para acompañarte, para apoyarte, pero el que va a tener que hacer el trabajo duro eres tú. El que lo va a pasar mal eres tú y el que va a conseguir lo que quiere, de una forma que aun no sabe, eres tú.

Y si no estás dispuesto a currar en ti tanto o más de lo que curras en tu trabajo, por ponerte un ejemplo, no cuentes conmigo.

Porque la gente que consigue las cosas no las consigue porque las merece, las consigue porque busca la ayuda adecuada, se lo curra y persevera.

Es gente que lidera de verdad, pero no a los demás, a sí mismos. Y liderarte a ti mismo te llevará a sitios que no sabias que ni existían.

Entonces es importante que sepas que yo no soy un coach al que puedas delegar tus objetivos, al que atiendas una hora a la semana y al que puedas ningunear. No funciona así.

Te va a doler, y si tu no cambias nada no va a cambiar nada, pero si realmente cambias ciertas cosas lo vas a conseguir.

Puedes pensar que digo esto porque soy coach, pero los cambios son absolutamente claves para que consigas eso que realmente quieres. Y me contrates a mí o contrates a otro, debe ser muy bueno, porque lo contrario será dejarte mucho dinero por el camino.

Y, aunque sea tu persona, tu objetivo, debes tener claro que mi negocio y mi prestigio dependen de que logre resultados. Y si vas a contratar a un profesional para que camine contigo en una tarea tan importante, debes respetar su criterio. Y si no estás de acuerdo, pues coachéate tú.

Si yo mañana contrato a un tío para que me arregle la vitrocerámica no le digo cómo me la tiene que arreglar aunque sepa utilizarla. Porque no sé arreglarla.

Si tú contratas a un coach, o confías en él o no lo contrates.

Bueno, quizá te estés llevando una imagen arrogante de mí, puede que a veces sea un poco de eso.

Pero me tengo por una persona educada y con mucha capacidad de escucha pero que tiene una obsesión sana y que tiene mucha gente.

No me gusta perder el tiempo.

Entonces debes saber que, si me vas a contratar, mis servicios no son baratos y que, además, vas a trabajar mucho.

Contratarme cada día será menos barato y más difícil, y en poco tiempo no habrá posibilidad ninguna.

Y también debes saber que para reservar conmigo deberás pagar el 25 por ciento. Luego, tendremos una reunión, y justo después, y sin que haya empezado a trabajar, cobraré el resto del primer mes. En menos de cuatro sesiones no se consigue nada.

No hago coaching si no cobro.

Nunca.

A nadie.

Y, sí, yo soy de los que contrata a un profesional y no tengo problema en pagar por adelantado.

Y no sólo eso, si realmente quieres conseguir cosas y te coacheo yo, es muy probable que aprendas cosas que cambiarán tu vida para siempre.

Esto hay gente que lo entiende y gente que no. No hace falta discutir, pero no es negociable, y sólo trabajo con gente que lo entiende.

Dicho todo esto, si te interesa pedir información debes hacer click aquí 

Me pondré en contacto contigo aunque no esté interesado en tu proyecto.

Espero que pases un día pleno

Ya puedes hacer el Test Cartier de inteligencia emocional

Excelente
A base de 21 reseñas
Inma Sánchez
Inma Sánchez
03/11/2023
Un acierto confiar en Alberto y haberme puesto en sus manos. Sus técnicas han hecho que recuperase hábitos olvidados. Su manera de ayudar, han dado lugar a logros que hace 1 año serían impensables en mi vida. Su manera de enfocar los problemas y las preocupaciones te dan una ayuda y visión importantes para afrontarlos. Agradecida, gran profesional.
richard sanz
richard sanz
02/11/2023
La verdad que trabajar con alberto como coach y me ha ayudado a tener las cosas más claras y a tener una hoja de ruta concreta para cumplir mis objetivos. Es un gran terapeuta y un gran amigo también, gracias por todo
Diana Cusa Mayo
Diana Cusa Mayo
19/10/2023
Conocí a Alberto en el peor momento de mi vida, sufría una depresión que tras 3 psicólogos diferentes no conseguía superar. Llevo trabajando con Alberto desde hace 5 meses y mis cambios son brutales, he mejorado mi autoestima, superado la muerte de mi padre y tengo muchísima más confianza en mi misma. Sigo trabajando con él y se lo recomiendo a todo el mundo. Sin duda prescindiría de cualquier otra cosa en mi día a día, antes de prescindir de mi terapia con Alberto.
Irma Lopez
Irma Lopez
19/06/2023
Excelente profesional, me dio mucha tranquilidad, tiene mucha empata. Lo recomiendo
Maria Jose Ruiz
Maria Jose Ruiz
15/06/2023
He tenido la suerte de que Alberto me acompañase y me guiase en uno de los procesos que pensaba más complicados de ser madre de un adolescente. El con su apoyo para hacerme cambiar en enfoque de las cosas logró cambiar la forma en que me relacionaba con mi hijo y sus consejos siguen siendo igual de valiosos 5 años después
Ana Milagro Bichara Miliani
Ana Milagro Bichara Miliani
15/06/2023
Simplemente MARAVILLOSO! 🤩
Liliana Flórez
Liliana Flórez
14/06/2023
Mi experiencia con Alberto ha sido muy buena, he hecho una terapia de PNL y en tan solo una sesión he dejado de fumar. Querer es poder!!! Y también he hecho coaching con él, y la verdad que no ha podido ir mejor, me ayudó mucho con trabas emocionales q tenía, me sirvió sobre todo para encontrar un rumbo y me dió fuerzas para hacer cambios en mi vida que no me dejaban avanzar.
MaríaJosé Suárez
MaríaJosé Suárez
14/06/2023
Trabajar con Alberto supuso un antes y un después en el tema que trabajamos . Me acompaño respetando mi ritmo y mi momento , me ayudó no solo a cambiar creencias sino a darle valor a todo mi potencial . Conseguí gracias a su acompañamiento todos mis objetivos, y algunos más que yo no imaginé que podría. Lo recomiendo es claro, directo, cálido tiene varias herramientas, además de las propias de Coach , que me ayudaron a poder conseguir los objetivos, que no hubiese podido de otra manera , como las constelaciones familiares, donde me pude quitar una lealtad para llevar a cabo mi objetivo.
Alicia Vázquez
Alicia Vázquez
14/06/2023
Las sesiones con Alberto han sido, más que un acompañamiento, han sido un ir de la mano al irme conociendo a mi misma a nivel personal, emocional, energético y de comunicación. He descubierto y comenzado a desarrollar habilidades que no nos enseñan en el colegio, y con Alberto y sus sesiones he aprendido a ponerlas en práctica en mi dia a día (que en realidad es lo más difícil, pues una cosa es la teoría y otra es la vida diaria) con herramientas sencillas y útiles. ✨✨✨
Silvia Perez
Silvia Perez
14/06/2023
Trabajar con él ha sido maravilloso... lo vuelve muy fácil; además es un grandísimo ser humano que te hace sentir en confianza, y eso no tiene precio.

Ya puedes hacer el Test Cartier de inteligencia emocional

Enviar mensaje
1
Hola
¿En qué puedo ayudarte?